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jueves, 5 de junio de 2014

TOXOPLASMOSIS Y EMBARAZO




¿Qué es la toxoplasmosis congénita?

Se define como toxoplasmosis congénita o (TC) la infección por parásito denominado Toxoplasma gondii, adquirida por transmisión materno-fetal durante la gestación.

La infección primaria por toxoplasma es frecuente y es asintomática y autolimitada en el 90% de los casos, por lo cual la mayoría no son diagnosticados. El periodo de incubación de la infección adquirida es de unos 7 días como promedio (4-21 día). Aunque por lo general es asintomática, la infección primaria por Toxoplasma gondii en la gestante puede trasmitirse vía transplacentaria al feto causando la TC que aunque poco frecuente es potencialmente grave. El riesto total de transmisión materno-fetal si la primoinfección ocurre durante la gestación es del 29% y oscila entre 2-6% en el primer trimestre y el 81% en últimas semanas. En caso de madres con infección por VIH no se han visto diferencias en el riesgo de transmisión. 

El 70-90% de los recién nacidos en TC estás asintomáticos y será posteriormente (entre varios meses y años) cuando desarrollen las secuelas: retinitis, alteraciones visuales, alteraciones neurológicas y/o de tipo intelectual, etc. Entre los casos que ya presentan síntomas al nacimiento hay dos formas fundamentales: una con afectación generalizada y otra, más frecuente, con afectación neurológica.

Entre los síntomas y signos que pueden presentar están: rash maculopapular, linfadenopatías generalizadas, alteraciones hematológicas (anemia, trombocitopenia, neutropenia), alteraciones neurológicas, calcificaciones intracerebrales, hidrocefalia, microcefalia, coriorretinitis, etc.

La toxoplasmosis ocular aislada es rara y aparece casi siempre acompañada de afectación de sistema nervioso central. Se presenta como coriorretinitis con lesiones blancas en retina y pequeñas hemorragias asociadas.

Prevención

Las mujeres embarazadas previamente no infectadas por T. gondii pueden infectarse por la ingesta de quistes de tejido en la carne poco cocinada o por la ingesta de ooquistes esporulados depositados por un gato recientemente. Se han realizado múltiples estudios para ver la contribución de varios factores de riesgo de seroconversión e infección primaria con T. gondii durante el embarazo con la intención de poder realizar prevención primaria. Todos ellos han encontrado como factor de riesgo más significativo el consumo de carne poco cocinada.

Un estudio estimó que hasta el 63% de las seroconversiones durante el embarazo eran secundarias al consumo de carne poco cocinada o curada. Además, estos estudios demostraron una asociación significativa entre el contacto con el suelo, por la horticultura, o el comer verduras crudas y frutas mal lavadas con T. gondii y la seroconversión.

Es confuso sin los gatos son directamente responsables de una proporción significativa de infecciones de toxoplasmosis, ya que éstos son sólo infecciosos (por transmisión fecal oral de los huevos) durante 2 semanas después de la primera exposición a la carne infectada poco cocida (incluyendo roedores). Así, los gatos de interior, que viven en casa, que se alimentan de alimento previamente envasado no plantean ningún riesgo de infección por toxoplasma. Los gatos que comen fuera del hogar y son cazadores y que usan una caja de basura pueden transmitir la infección si la higiene no es apropiada, cambiando la basura del gato (por ejemplo, llevando guantes y/o lavando manos), aunque la ventana infecciosa sea estrecha. El contacto ocasional con gatos de exterior y el gato de interior no parecen causar la transmisión de toxoplasmosis. La higiene apropiada cambiando la basura del gato elimina el riesgo de transmisión con el gato de exterior. No parece razonable aconsejar que las mujeres embarazadas se separen de sus animales domésticos.

Otros factores de riesgo también a mencionar son el mal lavado de cuchillos de cocina utilizados para cortar la carne cruda y los viajes fuera de EEUU, Europa o Canadá.

El consejo apropiado sobre la reducción de factores de riesgo parece fundamental aunque hay muy pocas evidencias de la eficacia de la prevención primaria. Hay estudios que demuestran que casi la totalidad de las embarazadas son informadas sobre el riesgo con gatos y solo son informadas del riesgo de la carne poco cocinada en el 64-84% de los casos.

Por lo tanto, resumiendo la PREVENCIÓN:


Durante el embarazo, infectarse con Toxoplasma gondii puede resultar muy peligroso para el bebé, por eso es muy importante tomar una serie de precauciones:
No debe comer carne cruda o poco cocinada, ni embutidos poco curados. En general, se recomienda no tomar jamón serrano.
Tampoco debe consumir huevos crudos ni leche no pasteurizada porque pueden estar contaminados.
Lávese las manos con agua y jabón inmediatamente después de manipular carne cruda, y no se toque los ojos, boca o nariz con las manos si nos se las ha lavado todavía, así como los utensilios de cocina (cuchillos).
También debe lavar muy bien las frutas y verduras antes de comerlas.
Si tiene que comer fuera de casa, no tome ensaladas ni verduras crudas porque no hay garantía de que el lavado haya sido adecuado.
Evite trabajar en el jardín sin guantes. Una de las vías de contagio es la tierra, donde suele estar presente el parásito, y si le quedan restos de tierra entre las uñas, incluso después de lavarse, podría infectarse posteriormente.
Si tiene gatos, procure que no salgan fuera de la casa porque ellos se contagian al comer carne cruda, lo que podría ocurrir si el gato caza pájaros o ratones y se los come.
En cualquier caso, que sea otra persona la que limpie el cajón de los gatos, ya que el parásito libera los ooquistes en las heces del felino y, aunque con unas medidas básicas de higiene no es normal infectarse, es mejor prevenir.