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lunes, 21 de septiembre de 2015

TABACO DURANTE EL EMBARAZO






Ni un sólo cigarrillo. Ésa es la única cifra segura que deberías fumarte durante el embarazo. Ni 3 ni 5 ni 10. Destierra mitos como que para tu futuro hijo sería peor la ansiedad que le trasmitirías por no fumar que el daño que le puedan producir esos pocos cigarrillos. A esa ansiedad le puedes poner freno; a las sustancias tóxicas que atraviesa la placenta y llegan a tu bebé, no.

¿Cuáles son los riesgos de fumar durante el embarazo?

El monóxido de carbono y la nicotina del humo de tabaco pueden interferir en el suministro de oxígeno al feto. Además, la nicotina cruza fácilmente la placenta y las concentraciones de nicotina en el feto pueden ser hasta 15% más altas que los niveles maternos. La nicotina se concentra en la sangre fetal, en el líquido amniótico y en la leche materna. La combinación de estos factores puede tener consecuencias graves en los fetos y en los bebés de las madres fumadoras. Entre 1997 y el 2001 el tabaquismo durante el embarazo fue la causa del alrededor de unas 910 muertes de bebés al año.
Los efectos adversos del hábito de fumar durante el embarazo incluyen retraso en el crecimiento fetal y bajo peso al nacer. La disminución en el peso al nacer que se ve en los bebés de madres fumadoras está relacionada con la dosis: mientras más fume la mujer durante el embarazo, mayor es la disminución en el peso natal infantil. El recién nacido también muestra señales de estrés y síntomas del síndrome de abstinencia consistentes con lo que se ha reportado en bebés expuestos a otras drogas. En algunos casos, el fumar durante el embarazo también puede estar asociado con abortos espontáneos y el síndrome de muerte súbita del lactante, así como problemas de aprendizaje y de comportamiento en los niños, además de un riesgo mayor de que sean obesos. Al mismo tiempo, si la madre fuma más de un paquete al día durante el embarazo, casi duplica el riesgo de que el niño afectado se vuelva adicto al tabaco si comienza a fumar.