Tu cuerpo te
envía "signos de parto" días antes
La sensación de que se aproxima el trabajo de parto la
tienen todas las mujeres a su manera. Según los especialistas, la mayoría de
ellas es capaz de identificar las señales que envía su cuerpo, pero
también puede haber falsas alarmas. Una señal evidente de que está
empezando o ha empezado el trabajo de parto es que el cuello
uterino se dilata. Y, aunque no
es lo común, hay mujeres que pueden presentar una dilatación notable y no se
ponen de parto enseguida.
No todas las contracciones indican
que el nacimiento del bebé sea inminente. Hay que identificar las que realmente
colaboran en el trabajo de parto. Existen ciertas señales y signos previos
a dar a luz que pueden manifestarse semanas antes o en el día del parto:
1. Sensación
de que la cabeza del bebé está aún más descendida
El feto, encajado en la
parte baja de la pelvis, da un pequeño respiro a la madre, que ahora cuenta con
más facilidad para respirar y digerir alimentos. Puede suceder varias semanas
antes de alumbramiento o sólo unas horas antes de que comience el trabajo de
parto.
2. Aumento de
las secreciones vaginales
Pueden ser transparentes, rosadas o
con ciertas
estrías de sangre. Se trata del desprendimiento del tapón mucoso, que se ha
ido acumulando en el cuello uterino durante el embarazo: sale al exterior a
través de la vagina. Este proceso también puede producirse unos días antes,
pocas horas antes del alumbramiento o durante el mismo.
3. Notas
líquido que gotea o sale de golpe
A través de la vagina puedes
sentir líquido
que gotea o sale de golpe. Lo más probable es que se hayan roto las membranas
que rodean al bebé, lo que reconoce como romper aguas o rompimiento de fuente.
El líquido amniótico suele salir al exterior unas horas antes del parto, pero
muchas mujeres rompen la bolsa en el momento de dar a luz.
4. Contracciones
y dolor de espalda
En algún momentos
notarás fuertes dolores de menstruación y
contracciones. Las contracciones aumentan al comenzar el
trabajo de parto. Son dolorosas porque su misión es abrir el cuello uterino
para que el bebé acabe su desplazamiento hacia el exterior. Estas señales
marcan inequívocamente el comienzo del trabajo de parto. Las contracciones son otro
indicativo: cuando el útero se contrae, se endurece el abdomen; el músculo
uterino se relaja cuando acaba la contracción. De esta forma, el bebé se va
desplazando poco a poco por el canal del parto.