Distintos
estudios manifiestan que alrededor del 50% de las mujeres sanas mayores de 60
años presenta síntomas relacionados con la atrofia vaginal, manifestándose
fundamentalmente por una sensación de sequedad vaginal, prurito, irritación,
cierto grado de quemazón e incluso dolor en las relaciones sexuales
(dispareunia).
La sequedad vaginal se
manifiesta por la disminución de los fluidos generados en el aparato genital
femenino.
El cuello del útero
El canal cervical, ubicado en
la parte inferior de la matriz o útero, está recubierto por múltiples glándulas
pequeñas que producen una secreción espesa llamada «moco cervical». Este fluido
ocupa el canal del útero y gotea hacia la vagina. Su principal misión es
conducir los espermatozoides al interior del útero durante la fecundación, por
tanto, su producción está regulada por las hormonas ováricas (estrógenos) que
lo hacen más abundante y fluido durante la ovulación.
La vagina
Es un conducto muscular dotado
de gran elasticidad. Su función es comunicar el aparato genital interno con el
exterior. El revestimiento vaginal está muy condicionado por la acción de los
estímulos sexuales y de las hormonas ováricas, que regulan su secreción
mejorando la humedad y lubricación de la zona.
La vulva
La vagina llega al exterior por
la vulva, que es la parte visible del aparato genital femenino. En ella además
desembocan las glándulas vulvares, cuyas secreciones colaboran en la
lubricación.
Por lo tanto, el fluido que
lubrica la vagina está constituido por la mezcla del moco producido por las
glándulas del cuello uterino, el líquido trasudado de las paredes vaginales y
la secreción de las glándulas vulvares. La cantidad de fluido que se genera
varía en función del momento del ciclo menstrual y de los estímulos sexuales.
La sequedad vaginal se produce
como consecuencia de la disminución en la producción de fluidos del aparato
genital femenino. Esta falta de lubricación puede provocar una sensación de
malestar que suele resultar bastante desagradable. En este artículo describiremos
las causas que provocan esta sequedad vaginal, los productos más idóneos para
combatirla y qué consejos podemos aportar desde la oficina de farmacia a las
mujeres que refieren este problema.
Etiología
El síntoma más común de la
sequedad vaginal es el dolor durante la relación sexual o dispareunia, que se
produce por la falta de fluido en la mucosa vaginal, necesario para soportar la
fricción. Otras sensaciones que se pueden manifestar asociadas a la sequedad
vaginal son: picazón, sensibilidad, irritación o inflamación en la zona
vaginal.
La falta de lubricación es un
síntoma esporádico o permanente, dependiendo de la causa que lo origine. Éstas
pueden ser orgánicas o asociadas a determinadas condiciones físicas, pueden
estar relacionadas con disfunciones u otros problemas de salud también física,
o bien psíquicas.
Causas orgánicas
Las causas orgánicas son las
más comunes. Entre ellas encontramos:
Disminución del nivel de
estrógenos. La causa más habitual de la sequedad vaginal es la falta de
estrógenos. La cantidad y la viscosidad de la mucosidad vaginal varían en el
transcurso del ciclo menstrual, debido a la fluctuación en la producción de
estas hormonas sexuales. Los estrógenos se producen principalmente durante la
fase de maduración del óvulo, cuando éste aún no ha sido liberado del ovario
(es el momento del ciclo menstrual de mayor lubricación vaginal). Por esta
razón, durante la menstruación la capacidad de lubricación se reduce
ostensiblemente.
Embarazo y lactancia. El
nivel de estrógenos influye en la hidratación vaginal y tanto en el embarazo
como en el período de lactancia el sistema hormonal femenino está alterado y
produce menor cantidad de estrógenos, lo que deriva en una menor lubricación
vaginal. Sin embargo, cuando los niveles hormonales vuelven a la normalidad, el
problema desaparece.
Las mujeres que amamantan a sus
hijos presentan un nivel bajo de estradiol debido a que segregan prolactina,
que es una hormona que estimula la producción de leche materna y paralelamente
inhibe la producción de estrógenos. Al cabo de 2-3 meses después del parto
vuelve la menstruación y, aunque los niveles de estrógenos aún no sean óptimos,
sí disminuirán molestias como la tirantez y la sequedad vaginal.
Menopausia.
Durante la menopausia la función ovárica cesa su actividad y, por tanto, la
producción de estrógenos está disminuida. La pared vaginal se adelgaza y pierde
elasticidad. Además, debido a la pérdida de la flora vaginal, se producen
variaciones en el pH, se alcaliniza, y las glándulas vaginales se contraen
reduciéndose la lubricación vaginal, lo que ocasiona sequedad vaginal.
Como consecuencia aparecen unos
síntomas característicos que la mujer menopaúsica describe como sensación de
peso o presión vaginal, picor, escozor o quemazón. Por esta razón, el proceso
de humidificación vaginal está disminuido hasta tal punto que puede provocar
dificultad en las relaciones sexuales o riesgo de infección en la zona.
Causas relacionadas con
la salud física
En este apartado cabe comentar
la relación entre la sequedad vaginal y algunas infecciones del área genital,
el uso de determinados medicamentos o productos para la higiene, la diabetes y
el síndrome de Sjögren.
Inflamación de los
tejidos vaginales o vaginitis. Tanto el dispositivo
intrauterino (DIU) como el diafragma vaginal pueden generar inflamación en las
paredes vaginales o vaginitis. En el caso del DIU la causa que genera esta
inflamación suele ser que el dispositivo no esté colocado adecuadamente. Por otro
lado, el diafragma, si es demasiado grande, también puede provocar vaginitis.
Si la mujer es alérgica a los espermicidas o al látex puede manifestar una
inflamación en la vagina al utilizar estos métodos anticonceptivos.
Las infecciones
vaginales, en cuyo origen suelen hallarse microorganismos como Candida albicans, Gardnerella vaginalis o,
en casos más graves, Trichomona vaginalis,
producen prurito, sensibilidad, irritación, inflamación en la zona vaginal e
incluso dispareunia.
En estos casos se secreta un
fluido, en general maloliente y de mayor espesor que el habitual, que puede ir
acompañado de prurito y ardor. Esta secreción inflamatoria llamada «flujo
patológico» merece siempre una consulta al ginecólogo.
Medicamentos.
Ciertos medicamentos hormonales, como las pastillas anticonceptivas o los
fármacos utilizados para el tratamiento del cáncer de mama, de ovario o de
útero, pueden producir sequedad vaginal. Los anticonceptivos son a menudo
causantes de esta molestia, principalmente los que en su composición incluyen
un alto contenido androgénico y/o presentan niveles bajos de estrógenos.
Los antidepresivos tricíclicos, los
fármacos anticolinérgicos que se utilizan principalmente para el tratamiento de
los trastornos gastrointestinales, como la úlcera péptica y el colon irritable,
o ciertos antihipertensivos pueden tener como efecto secundario la disminución
de la secreción vaginal. Otros medicamentos que también pueden ser causantes de
este problema son los antihistamínicos, empleados en el tratamiento de las
alergias y, más comúnmente, en la formulación de los fármacos indicados para el
tratamiento sintomático del resfriado.
Diabetes. En el caso de las mujeres con diabetes podemos observar
una falta de lubricación vaginal, particularmente en aquellas con un control
deficiente de la glucosa sanguínea. Esta pérdida de lubricación puede asociarse
a dos complicaciones en la enfermedad diabética: la neuropatía, que puede
disminuir la respuesta al estímulo sexual, y el daño a los vasos sanguíneos,
que limita el flujo sanguíneo en la pared vaginal disminuyendo la cantidad de
flujo lubricante.
Síndrome
de Sjögren. Si junto con la sequedad
vaginal se aprecian molestias en la boca y falta de saliva, o bien hay
molestias oculares como sensación de arenilla y picor en los ojos, se debe
consultar con el médico, ya que podría manifestarse el síndrome de Sjögren.
Esta es una enfermedad autoinmune crónica, de lenta progresión, que se
caracteriza por la infiltración de los leucocitos en las glándulas exocrinas,
especialmente las salivares y las lagrimales, lo que se traduce en una
queratoconjuntivitis seca y una xerostomía generalizada. Otro de los trastornos
que padecen los pacientes con síndrome de Sjögren de sexo femenino es la
sequedad vaginal, que ocasiona prurito, irritación y dificultad en la mujer
para mantener relaciones sexuales.
Excesivo
uso de jabones, lociones e irrigadores vaginales. En
algunas ocasiones la sequedad vaginal puede ser causada por el uso excesivo de
irrigadores vaginales o por una higiene genital excesiva. En estos casos los
síntomas mejoran si se recuperan unas prácticas de higiene racionales.
Causas relacionadas con
la salud psíquica
Entre las causas psíquicas de
la sequedad vaginal cabe destacar las siguientes:
Estrés. Genera
un aumento de cortisol en sangre de manera que, a su vez, produce un
desequilibrio en la secreción de hormonas sexuales, entre ellas los estrógenos,
que puede afectar al nivel de hidratación vaginal.
También el tabaco
interfiere en las funciones estrogénicas y, por tanto, puede disminuir la
lubricación vaginal. Un efecto similar se asocia al consumo de alcohol y de
marihuana.
Miedos y desinterés. Se
considera que los miedos que puede tener una mujer en relación con la
sexualidad pueden desencadenar reacciones negativas para el proceso de
lubricación vaginal por estimulación del sistema nervioso. La falta de interés
por el sexo o por la pareja también puede provocar este tipo de trastorno.
Tratamiento
Lubricantes.- Normalmente
la sequedad vaginal mejora con la aplicación de hidratantes vaginales tópicos
no hormonales y lubricantes. Estas cremas vaginales no sólo hidratan la zona vaginal,
sino que también favorecen la flexibilidad y la elasticidad de la mucosa.
En los casos más severos de
sequedad, se aconseja acudir al ginecólogo. Puede que éste prescriba fórmulas
lubricantes con fármacos estrogénicos en su composición.
Las cremas vaginales
lubricantes son de gran ayuda para hidratar la zona genital, pero deben ser
formuladas con una base hídrica, es decir, que sean solubles en agua. Hay que
omitir el uso de vaselinas o aceites minerales, ya que éstos pueden adherirse a
la mucosa vaginal y alterarla e incluso favorecer el desarrollo de diversos
microorganismos. Además, en el caso de utilizar preservativos, la vaselina
puede favorecer la rotura del látex de los profilácticos. Se aconsejan las
formulaciones en forma de gel ligero, de fácil aplicación y que mantenga su
eficacia en la zona durante bastante tiempo. En la farmacia encontramos
fórmulas en gel o crema-gel.
Los lubricantes se diferencian
según la zona donde van a ser aplicados: en más externa del aparato genital
femenino (vulvar) o en la interna (vaginal). Así, podríamos clasificar las
cremas hidratantes o lubricantes en externas e internas respectivamente.
Cada etapa en la vida de la
mujer se caracteriza por un pH vaginal específico y una flora vaginal
determinada. En la edad fértil se aconseja que el lubricante presente un pH
ligeramente ácido, de manera que sea lo más parecido al pH natural de esta
parte del cuerpo, es decir, no superior a 5,0, para que así resulte menos
agresivo e incluso evite el desarrollo de ciertos microorganismos. Tanto en la
menopausia como en la preadolescencia el pH de la vagina es neutro, por tanto,
las cremas hidratantes vaginales que debemos aconsejar en estos casos tienen
que respetar este pH 7.
El lubricante no debe contener
ni esencias ni sabores, ya que estos ingredientes pueden producir irritaciones
en el área genital.
Para aliviar la sequedad
vaginal se recomienda el uso de activos lubricantes que tengan la propiedad de
ser absorbidos por la mucosa vaginal.
Entre
ellos:
Glicerina y sus derivados poliméricos.-
Estos activos se adhieren a la superficie de las células
vaginales humectando y lubricando el epitelio vaginal, de manera que mejoran la
elasticidad y turgencia de la zona evitando las molestias de la sequedad
vaginal.
Ácido láctico.-El
ácido láctico acidifica la zona genital y, por tanto, ayuda a restablecer el
ecosistema vaginal natural alcanzando su equilibrio. Restablecer la flora
natural vaginal es de gran importancia, no sólo para mejorar los síntomas de
picor, irritación y dispareunia, sino también para evitar que se generen
infecciones por repetición en la zona.
Ácido hialurónico.-Gracias
a su gran poder humectante, mejora significativamente la hidratación vaginal.
Isoflavonas de soja.- Otro de
los activos empleados en la formulación de hidratantes ginecológicos son las isoflavonas
de soja. Estas moléculas obtenidas de los productos de soja se absorben y
actúan sobre los receptores estrogénicos de la mucosa vaginal. Por esta razón
las isoflavonas de soja reciben el nombre de fitoestrógenos.
La efectividad de estos activos
sobre la atrofia vaginal no cuenta aún con evidencia científica suficiente,
aunque un laboratorio experto en fitoterapia evaluó la efectividad de las
isoflavonas de soja en la síntesis proteica de un cultivo in vitro de epitelio
humano. Se observó que la síntesis proteica aumentaba en un 12 frente al 19%
conseguido por el factor de crecimiento endotelial. Así quedó demostrado un
efecto positivo de las isoflavonas de soja sobre el trofismo y la regeneración
del epitelio vaginal, lo que deriva en una mejoría de la sequedad vaginal.
Aceite de rosa mosqueta.- Otro de
los activos empleados es el aceite de rosa mosqueta. Se absorbe a través de la
mucosa vaginal mejorando la regeneración del epitelio y, por tanto,
disminuyendo la sequedad vaginal. También puede ser utilizado como lubricante
con los profilácticos.
Extractos vegetales.- Entre
los principales extractos vegetales empleados en dermofarmacia para aliviar la
sequedad vaginal se encuentran:
Salicaria, con propiedades
antisépticas y antiinflamatorias.
Elicriso, con propiedades
antiinflamatorias, antibacterianas y antimicóticas.
Tomillo, con propiedades
antifúngicas y antisépticas.
Caléndula, con propiedades
antiinflamatorias y cicatrizantes.
Estrógenos.- Como ya
hemos explicado anteriormente, una de las principales causas que provocan la
sequedad vaginal es la falta de estrógenos. Los estrógenos modulan la cantidad
y la viscosidad de la mucosa vaginal, ya que el estradiol interviene en la
producción de los fibroblastos de las mucosas transformando el endometrio.
Normalmente, la formulación de
estos medicamentos contiene estrógenos micronizados.
Su vía de administración es
vaginal. Se aconseja su aplicación por la noche, ya que pueden producir
somnolencia. Todavía no se conoce con exactitud la seguridad del uso tópico de
los estrógenos de forma repetida o prolongada sobre el endometrio, por lo que
se recomienda utilizar estos fármacos con la menor frecuencia posible para que
sean efectivos, y así minimizar su absorción sistémica. Además, el tratamiento
debe revisarse anualmente, para revaluar la necesidad de continuar con él. Si
durante el tratamiento se produjeran hemorragias imprevistas deberán
investigarse las causas incluso con biopsias de endometrio, para excluir una
posible malignización.
Lidocaína.- La
lidocaína es un activo anestésico y se formula en las cremas vaginales
indicadas para el alivio temporal y local del picor leve de la zona vaginal
externa. No se recomienda el uso de lidocaína durante más de 7 días.
Recomendaciones:
* Es suficiente lavarse los
genitales externos con agua y un jabón suave específico para esa zona una vez
al día. Cualquier otro producto como lociones e irrigaciones son innecesarios o
incluso perjudiciales, si no es por expresa indicación del médico.
* Un análisis de sangre que
determine el perfil hormonal de la mujer permite conocer si existe algún
desequilibrio en las hormonas que pueda ser la causa de la sequedad vaginal y
así que el médico la trate adecuadamente.
* Por ello es muy importante
conocer la causa principal que provoca la sequedad vaginal y así decidir qué
activos son los más idóneos en cada caso.