Durante el verano aumentan los problemas en el sistema urinario. Los baños en la playa y las piscinas, la falta de hidratación o la práctica deportiva a altas temperaturas pueden alterar su estado y aumentar el riesgo de infecciones.
Existen tres tipos de infecciones de orina. En primer lugar, se encuentra la cistitis, el tipo de infección más frecuente. Esta patología es una infección de la vejiga causada por una contaminación bacteriana que se origina en el tracto urinario y que posteriormente se extiende hasta la vejiga. “Entre los síntomas más frecuentes se encuentran las molestias al orinar, escozor, ardor, dolor, micción frecuente y escasa en cantidad, así como, sensación de no haber finalizado la micción cuando ya se ha terminado y, en casos más graves, la presencia de sangre en la propia orina. Puede presentarse con y sin fiebre”.
Otras de las infecciones de orina más habituales son la prostatitis, infección en la próstata y por consecuencia exclusiva en los hombres, y la pielonefritis que es la forma más grave y menos frecuente de infección que afecta a nivel de los uréteres y el riñón. Todas las infecciones son producidas por bacterias siendo la más frecuente la bacteria E. coli.
Las más propensas a desarrollar estas infecciones son las mujeres, de hecho, las molestias urinarias son 14 veces mayores que en los hombres. Se estima que el 50% de las mujeres adultas sufrirá infecciones urinarias al menos una vez en la vida. La razón de que las mujeres sean más propensas es que el tamaño de la uretra de las mujeres es más corto que la de los hombres y que su obertura está más cerca del ano, facilitando así la entrada de bacterias intestinales.
Recomendaciones
Para evitar estas molestias, que pueden condicionar el verano y las vacaciones, es importante seguir unos buenos hábitos en el día a día y cuidar la nutrición, incorporando alimentos como el yogur no azucarado u otros probióticos. Éstos cuentan con propiedades que ayudan a eliminar las bacterias patógenas que se adhieren a las paredes del tracto urinario. Además, los ejercicios de suelo pélvico pueden ayudar a prevenir los problemas del sistema urinario:
- Beber un litro y medio o dos litros de agua al día, ya que provocará micciones con más frecuencia, que ayudarán a arrastrar hacia al exterior aquellas bacterias que se puedan encontrar en la vejiga.
- No retener la orina y acudir al baño siempre que nuestro cuerpo nos lo pida, sobre todo después de mantener relaciones sexuales, debido a que, durante el coito, se empujan automáticamente bacterias hacia el interior de la vejiga urinaria.
- Aunque la zona genital se debe mantener limpia, un exceso de limpieza puede afectar negativamente el microbiota vaginal que es una de las defensas que evita las infecciones de orina. Para cuidar del microbiota vaginal debemos alejarnos de las duchas vaginales, los jabones abrasivos y la ropa muy ajustada.
- La alimentación también tiene un papel importante en la prevención de las infecciones urinarias. Los arándanos, por ejemplo, tienen propiedades antioxidantes que reparan la inflamación local y efectos acidificantes que evitan la proliferación bacteriana.