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miércoles, 31 de julio de 2024

Cistitis e infección de orina en verano.

 Durante el verano aumentan los problemas en el sistema urinario. Los baños en la playa y las piscinas, la falta de hidratación o la práctica deportiva a altas temperaturas pueden alterar su estado y aumentar el riesgo de infecciones.

Existen tres tipos de infecciones de orina. En primer lugar, se encuentra la cistitis, el tipo de infección más frecuente. Esta patología es una infección de la vejiga causada por una contaminación bacteriana que se origina en el tracto urinario y que posteriormente se extiende hasta la vejiga. “Entre los síntomas más frecuentes se encuentran las molestias al orinar, escozor, ardor, dolor, micción frecuente y escasa en cantidad, así como, sensación de no haber finalizado la micción cuando ya se ha terminado y, en casos más graves, la presencia de sangre en la propia orina. Puede presentarse con y sin fiebre”.

 Otras de las infecciones de orina más habituales son la prostatitis, infección en la próstata y por consecuencia exclusiva en los hombres, y la pielonefritis que es la forma más grave y menos frecuente de infección que afecta a nivel de los uréteres y el riñón. Todas las infecciones son producidas por bacterias siendo la más frecuente la bacteria E. coli.

 Las más propensas a desarrollar estas infecciones son las mujeres, de hecho, las molestias urinarias son 14 veces mayores que en los hombres. Se estima que el 50% de las mujeres adultas sufrirá infecciones urinarias al menos una vez en la vida. La razón de que las mujeres sean más propensas es que el tamaño de la uretra de las mujeres es más corto que la de los hombres y que su obertura está más cerca del ano, facilitando así la entrada de bacterias intestinales.

 

Recomendaciones

Para evitar estas molestias, que pueden condicionar el verano y las vacaciones, es importante seguir unos buenos hábitos en el día a día y cuidar la nutrición, incorporando alimentos como el yogur no azucarado u otros probióticos. Éstos cuentan con propiedades que ayudan a eliminar las bacterias patógenas que se adhieren a las paredes del tracto urinario. Además, los ejercicios de suelo pélvico pueden ayudar a prevenir los problemas del sistema urinario:

 

  • Beber un litro y medio o dos litros de agua al día, ya que provocará micciones con más frecuencia, que ayudarán a arrastrar hacia al exterior aquellas bacterias que se puedan encontrar en la vejiga.
  • No retener la orina y acudir al baño siempre que nuestro cuerpo nos lo pida, sobre todo después de mantener relaciones sexuales, debido a que, durante el coito, se empujan automáticamente bacterias hacia el interior de la vejiga urinaria.
  • Aunque la zona genital se debe mantener limpia, un exceso de limpieza puede afectar negativamente el microbiota vaginal que es una de las defensas que evita las infecciones de orina. Para cuidar del microbiota vaginal debemos alejarnos de las duchas vaginales, los jabones abrasivos y la ropa muy ajustada.
  • La alimentación también tiene un papel importante en la prevención de las infecciones urinarias. Los arándanos, por ejemplo, tienen propiedades antioxidantes que reparan la inflamación local y efectos acidificantes que evitan la proliferación bacteriana.Resultado de imagen de cistitis o infección de orina en verano

domingo, 21 de julio de 2024

                  HONGOS ESTIVALES .PIE DE ATLETA

                 CONSEJOS Y PREVENCIÓN



¿Qué es?

El pie de atleta, dolencia también conocida como tiña podal o intertrigo interdigital, es una infección que se produce en los espacios entre los dedos del pie, provocada por una especie de hongos parasitarios muy contagiosos, llamados dermatofitos. Puede durar poco o mucho tiempo e, incluso, reaparecer tras el tratamiento.

Más frecuente a partir de la adolescencia, así como en el verano y en la primavera, esta micosis produce habitualmente una inflamación entre el cuarto y el quinto dedo del pie, que en ocasiones se puede expandir hacia los demás dedos, las uñas, los talones u otras partes del cuerpo como las palmas y los dedos de las manos



¿Quién padece pie de atleta?

A pesar de lo que su nombre pueda sugerir, no se trata de un problema que afecte exclusivamente a deportistas –aunque estos sí la padecen con frecuencia-. De hecho, la tiña podal es la infección cutánea por hongos superficial más frecuente: entre el 15% y el 25% de la población la sufrirá en algún momento de su vida, aunque sea de manera subclínica- y se encuentra entre las diez dermatosis más habituales en la consulta del dermatólogo.

De distribución mundial, es ligeramente más frecuente entre los hombres jóvenes, aunque puede manifestarse a cualquier edad y en ambos sexos. De acuerdo al Estudio epidemiológico sobre las dermatofitosis en España, realizado en 2011, la edad media de los pacientes infectados fue de 38,7 años, y el 55,6% de ellos eran varones.

Así mismo, en niños también pueden aparecer este tipo de hongos, pudiendo llegar a padecerlos el 6% de la población pediátrica. De hecho, es la tercera enfermedad dérmica más frecuente en niños menores de 12 años. En general, está infradiagnosticada porque muchas personas no saben que transportan una tiña contagiosa.

Cuáles son sus causas?

La micosis o infección por hongos en los pies está provocada en la mayoría de los casos –el 98%- por un hongo llamado dermatofito, que coloniza la piel y se multiplica cuando el pie está expuesto a ambientes cálidos y húmedos como los de piscinas, vestuarios, saunas o gimnasios.

Los dermatofitos son un grupo de hongos multicelulares que se desarrollan solamente en los tejidos queratinizados; es decir, aquellos formados por células muertas que contienen queratina, ya que en los tejidos vivos son destruidos por el sistema inmunológico. Existen más de 100.000 especies de dermatofitos, aunque tan solo unas 150 pueden provocar patologías en las personas.

En concreto, la especie que suele producir la micosis con más frecuencia es la Trichophyton rubrum, seguida por la Trichophyton mentagrophytes, la Epidermophyton floccosum y, en niños, la T. tonsurans.Los hongos que provocan la micosis en los pies crecen en ambientes cálidos y húmedos.

  • Los hongos que provocan la micosis en los pies crecen en ambientes cálidos y húmedos, por lo que los principales factores desencadenantes de la tiña podal son:

    • La oclusión del pie: uso frecuente de calzado deportivo, calcetines de nailon que no permiten la transpiración, uso de calzado inadecuado…
    • La práctica de actividades deportivas que impliquen oclusión o humedad prolongada en el pie, como el esquí, la natación o el running.
    • La sudoración excesiva (hiperhidrosis).
    • Una mala higiene del pie.
    • El hábito de andar descalzo en lugares públicos.
    • Los ambientes calurosos y húmedos como vestuarios, duchas colectivas, saunas, piscinas.
    • Sufrir alteraciones metabólicas como la diabetes, inmunodeficiencias o problemas circulatorios.
    • El uso crónico de antibióticos y/o corticoides.
    • Trabajar en lugares húmedos (mineros, trabajos industriales, forestales, etc).
    • Por todo esto, el verano es la época en la que más se produce esta infección, ya que es más normal que vayamos descalzos y es cuando más nos acercamos a lugares de riesgo, como piscinas o duchas públicas. A todo esto se une el calor y la sudoración que se producen en el periodo estival.

      El contagio se produce casi siempre de lugares en que coinciden varias personas y llevan los pies descalzos como, pueden ser:

      • Suelos de piscinas, duchas, cuarteles, colegios, saunas, hoteles, gimnasios…
      • Alfombras, moquetas…
      • Uso de ropas comunes: toallas, calcetines, calzado, cepillos…
      • ¿Cuáles son sus síntomas?

        El pie de atleta o tiña podal puede provocar desde pequeñas molestias hasta síntomas realmente incómodos, aunque no todos aparecen al mismo tiempo. Es más, al principio no hay signos clínicos, sino que se van instalando paulatinamente. Entre los síntomas más habituales e encuentran:

        • Enrojecimiento o sarpullido en la zona interna del pie.
        • Picazón, sensación de ardor o escozor.
        • Ampollitas que supuran entre los dedos.
        • Abultamientos en los pies.
        • Grietas o descamación entre los dedos o en los lados del pie.
        • Enrojecimiento o callosidades en los talones de los pies.
        • Piel entre los dedos que puede lucir «blancuzca» y tiene un olor desagradable. Este olor se produce casi siempre por la fermentación y putrefacción en las que intervienen bacterias.
        • Piel en carne viva (tras rascado).
        • Las uñas pueden debilitarse y decolorarse.
        • El diagnóstico clínico de esta dolencia se confirma con diferentes pruebas, como el examen microscópico y cultivo de la piel, previa toma de muestra por raspado. También pueden llegar a realizarse un examen clínico mediante la Luz de Wood -un tipo de luz ultravioleta- o un antibiograma –una prueba microbiológica-.
        • El diagnóstico clínico de esta dolencia se confirma con diferentes pruebas, como el examen microscópico y cultivo de la piel, previa toma de muestra por raspado. También pueden llegar a realizarse un examen clínico mediante la Luz de Wood -un tipo de luz ultravioleta- o un antibiograma –una prueba microbiológica-.
        • consejos para prevenir el pie de atleta

        • Una higiene de los pies adecuada es primordial para prevenir la aparición de hongos o eliminarlos. En concreto, resulta conveniente tomar las siguientes precauciones en nuestro día a día:

          • 1. Mantén tus pies limpios.
            Los pies sudados y sucios aumentan el riesgo de desarrollar micosis en los pies. Por ese motivo, debes lavarlos todos los días con agua y jabón. Igualmente, dúchate siempre tras realizar alguna actividad física.
          • 2. Sécalos con mucho cuidado.
            Después de lavarte o ducharte, aclárate bien los pies para evitar que queden restos de jabón y sécalos a conciencia, sobre todo entre los dedos. Si es necesario, aplica después antitranspirantes para controlar el sudor y la humedad.
          • 3. Opta por un calzado que transpire.
            Evita el calzado apretado, de material sintético que no permite respirar a tus pies, y opta por zapatos o zapatillas de deporte transpirables o de materias naturales. Desinfecta habitualmente tus zapatos y tira los que se queden viejos.
          • 4. Cambia a menudo de zapatos.
            Alterna distintos tipos de calzado a lo largo de la semana e, incluso, a lo largo del mismo día: zapatos, deportivas, zapatillas… En verano, las sandalias y zapatos abiertos permitirán a tus pies respirar mejor.
          • 5. Viste calcetines de algodón.
            O de otros tejidos naturales, que mantendrán tus pies frescos y secos. Cámbiatelos todos los días o cada vez que se mojen o humedezcan.
          • 6. No camines descalzo por zonas comunes.
            Por ejemplo, piscinas, saunas o duchas públicas, pues aumenta el riesgo de infección de una manera muy considerable. Usa sandalias, chancletas o escarpines cuando camines por este tipo de áreas.
          • 7. No compartas toallas ni calzado.
            No olvides que el hongo que provoca el pie de atleta se contagia fácilmente de una persona a otra, por lo que no debes compartir toallas, ningún tipo de calzado ni mucho menos calcetines u otros objetos como cortaúñas o tijeras.
          • 8. Mantén limpio el baño de tu casa.
            Todas las superficies deben estar impecables y desinfectadas, pero especialmente los platos o bañeras donde te lavas o duchas. Y Cambia las toallas frecuentemente y lavarlas en agua caliente.
          • 9. Extrema las precauciones, si perteneces a un grupo de riesgo.
            Es una buena idea usar polvos o talcos antifúngicos o de secado para prevenir el pie de atleta si, por ejemplo, eres deportista y acudes con frecuencia a duchas y vestuarios públicos, o sufres diabetes.
          • 10. Consulta a tu médico o farmacéutico ante  los primeros síntomas.
            Los hongos son muy frecuentes y no son algo de lo que debas avergonzarte. No esperes a que las primeras molestias se agraven, acude cuanto antes al profesional sanitario y comienza lo antes posible el tratamiento.
          • El tratamiento puede incluir diversos tipos de medidas:

            • Extremar la higiene de los pies. El paciente debe lavarse bien los pies con jabón y agua al menos dos veces al día y después secarlos bien, especialmente entre los dedos. Además, debe usar calcetines limpios de algodón, que ha de cambiarse con la mayor frecuencia posible. También debe cambiar de calzado al menos dos veces a día y aplicarse diariamente, por las mañanas, antifúngicos en polvo.
            • Tratamiento farmacológico. Implica diversas soluciones o incluso antibióticos para casos extensos, muy sintomáticos, recidivas o en pacientes que pertenezcan a los grupos de riesgo. El farmacéutico puede asesorar al respecto.
              El tratamiento farmacológico habitual comprende la aplicación tópica, que es la primera opción en la mayoría de los casos, o la aplicación sistémica (oral o parenteral), para casos de infecciones graves, invasivas o cuando la respuesta terapéutica a los tópicos es insuficiente
          • Bibliografía: Cinfasalud

domingo, 14 de julio de 2024

MÉTODO KASSING

 


Método Kassing: dar biberones de manera respetuosa


La forma natural y fisiológica de alimentarse de un bebé humano es del pecho de su madre. Esta alimentación tiene unas características especiales: la succión requiere de una musculatura determinada y la leche fluye a una velocidad más o menos lenta.

Sin embargo, los bebes que se alimentan con biberón se ha demostrado que suelen comer más de lo que necesitan por dos motivos:


  1. La leche fluye más rápidamente y no da tiempo a que el bebé identifique si está saciado. El bebé come y come.
  2. Los cuidadores tenemos la tendencia de insistir en que se acabe toda la leche, y en consecuencia hay mayor riesgo de sobrepeso y obesidad a largo plazo.

Lo ideal es que cuando alimentemos al bebé SIEMPRE QUE SE ALIMENTE CON BIBERÓN (en cualquier tipo de lactancia) sea de la forma más parecida al pecho. Es el método Kassing.

Método recomendado SIEMPRE que se administra biberón, independientemente de cuál sea el objetivo, pero sobre todo cuando por determinadas circunstancias  (decisión personal, enfermedad de la madre o el bebé, incorporación al trabajo, insuficiente producción de leche…) es necesario suplementar al bebé con leche (de fórmula/materna) y evitar que el bebé se acostumbre al biberón y rechace mamar del pecho materno ya que en este segundo requiere mayor esfuerzo por parte del bebé (por el síndrome confusión del pezón).

La alimentación con biberón es más fácil para el bebé ya que requiere menos esfuerzo (orificio grande, la leche cae por gravedad). Al intentar luego volver a ofrecer el pecho pueden aparecer dificultades para alimentarse ya que se pueden confundir (síndrome confusión tetina-pezón) o simplemente rechazarlo al ser más compleja la succión.

Beneficios

  • Busca reproducir las condiciones de la lactancia materna, a nivel de estimulación, esfuerzo y enganche. Le ayuda a trabajar la musculatura y disminuye el riesgo de alteraciones en el desarrollo de la cavidad bucal (disminuye el riesgo de alteraciones en la forma del paladar en su función linguae y labial). 
  • Permite al bebé mantener un ritmo de succión-deglución-respiración correcto.
  • El bebé regula la cantidad que come ya que con el ritmo de alimentación más lento le permite saber cuándo está saciado. Le permite gestionar su hambre-saciedad. 
  • Los adultos sabemos cuándo el bebé está saciado, y por tanto evitamos la sobrealimentación (y por tanto el sobrepeso y la obesidad). 
  • Interfiere menos con la lactancia materna ya que minimiza la confusión tetina-pezón.

El biberón

Biberón recto, en lugar de curvo, ya que este tipo de biberones hacen que la leche que está en la parte alta del biberón salga con mayor fuerza.

Debe ofrecerse horizontal, sin inclinarlo. De esta forma el bebé será quién extraiga la leche evitando que caiga por gravedad. La gestionará mejor y evitamos posibles atragantamientos.

La tetina

Se recomienda que el biberón sea con tetina fisiológica (no anatómica).

  • Redonda y estrecha: que se asemeje a la forma del pezón materno y de esta forma la posición de la lengua sea la más parecida a la colocación al pecho. 
  • Larga: para que la tetina pueda tocar el punto en el que se une el paladar duro y el blando, igual que en el caso de la lactancia materna
  • Blanda (de silicona mejor que de látex): para no alterar su paladar
  • De flujo lento: para que la leche tarde más en salir la leche y requiera por parte del bebé un esfuerzo similar a la lactancia materna para obtener la leche del biberón. 

 La técnica



  •  Posición del bebé: El bebé tiene que estar lo más vertical posible. Poner al BEBÉ SEMISENTADO sujetándole cabeza y cuello, con el torso vertical, sin tumbarle. Tumbado la leche le cae por gravedad, sola y el bebé no hace ningún esfuerzo en obtener la leche. Además, hay más riesgo de atragantamientos y de infecciones de oído.
  •  Posición del biberón: Dar el BIBERÓN EN HORIZONTAL, sin inclinarlo, para controlar mejor el flujo de leche. De esta forma se reduce el efecto de la gravedad y el bebé regula lo que come ya que será quién saque la leche al succionar. La gestionará mejor y evita a atragantamientos.
  • Antes de empezar ESTIMULAR EL REFLEJO DE BÚSQUEDA (tocar con la tetina alrededor de la boca, nariz, las mejillas…) para que el bebé busque, sepa que va a empezar a comer y abra la boca. Es decir, no introducir la tetina directamente en la boca del bebé directamente.
  • Cuando abra la boca INTRODUCIR LA TETINA LO MÁXIMO POSIBLE dentro de la boca del bebé, para que la tenga muy abierta, de forma similar a lo que lo haría si estuviera mamando del pecho.
  • El bebé controla LA VELOCIDAD Y LA CANTIDAD DE LECHE QUE DESEA TOMAR.
  • Hacer pausas cada 20-30 succiones retirando el biberón para descansar y darle tiempo al bebé a sentir si sigue teniendo hambre o ya está saciado. 
  • CONTROLAR LAS SEÑALES DE SACIEDAD que nos indican si el bebé está o no satisfecho. Si el bebé se queda tranquilo no debemos ofrecer más. No insistir si no abre la boca. Si sigue buscando volveremos empezar el ciclo.
  • Alternar el lado en cada toma igual que sucede con la lactancia materna. De esta forma simulamos que está tomando de los dos pechos. 

Alternativas para dar leche desde el nacimiento 

·         Vasitos con boquilla abierta

·         Relactador

·         Dedo-jeringa




En caso de ofrecer biberón idealmente retirarlo al año.