La infección genital por el virus del papiloma
humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más frecuente entre las
personas sexualmente activas. Se trata de un grupo de virus que infecta la piel
y las mucosas. Cualquier persona sexualmente activa puede estar en riesgo de
infectarse con estos virus. Por lo tanto, es imprescindible la utilización
correcta y regular del preservativo en las prácticas sexuales.
¿Qué debes tener en cuenta si tienes el virus del
papiloma humano?
La infección por VPH puede producir,
mayoritariamente:
- Lesiones benignas: como verrugas cutáneas y
genitales
- Lesiones malignas: como algunos tipos de
cáncer, por ejemplo, cáncer de cuello uterino o cérvix, de pene, de vulva
o ano. Estas lesiones se dan con menos frecuencia.
Es posible que las personas no sepan que están
infectadas por el virus porque no presentan ninguna lesión o porque tienen
lesiones difíciles de ver; además, la mayoría de las lesiones desaparecen
completamente sin afectación.
Generalmente, el VPH se transmite
mediante relaciones sexuales no protegidas (orales, anales y
vaginales), con o sin penetración, con una persona que esté infectada, aunque
dicha persona no presente ningún síntoma.
Por lo tanto, es imprescindible utilizar
correctamente el preservativo en las prácticas sexuales. Esta protección no
es del 100%, ya que las zonas que no se pueden cubrir con el preservativo
quedarán desprotegidas. Asimismo, es importante subrayar que pueden pasar meses
entre el contagio y la aparición de los síntomas, por ello es muy difícil
establecer cuándo se produjo el contagio.
El VPH que puede causar cáncer es posible que,
inicialmente, no dé ningún síntoma ni provoque ninguna lesión aparente, y se
detecta mediante pruebas específicas (como el Papanicolau o la citología
cervicovaginal).
La infección por el VPH del
cuello uterino y el ano puede llegar a ser grave y, por lo tanto, se tiene
que diagnosticar y tratar cuanto antes para evitar que evolucione y se
convierta en un cáncer de cuello uterino o rectal. No es recomendable hacer una
prueba rutinaria de VPH.
Algunas medidas para evitar el
contagio de las
verrugas a otras zonas del cuerpo y a otras personas son:
- Si aparece alguna lesión en la zona, es
necesario dirigirse a un profesional sanitario especializado.
- Las lesiones no se tienen que rascar; si se ha tocado esta zona
del cuerpo, es necesario lavarse bien las manos.
- Hay que mantener una buena higiene y evitar la humedad.
- Si una persona tiene verrugas, es importante que lo
comunique a su pareja o parejas sexuales, para tomar medidas de
protección en las relaciones sexuales y para que la pareja sea evaluada
por un profesional y reciba el tratamiento adecuado si es necesario.
La infección de algunos tipos de
VPH se puede prevenir con vacunas (es recomendable administrarlas antes de
iniciar las relaciones sexuales). Actualmente, se financia la vacuna en el
marco del programa de vacunaciones sistemáticas en niñas de sexto de primaria.
A pesar de la vacunación, se debe seguir
el protocolo de cribado del cáncer de cuello de matriz recomendado. El
objetivo es prevenir las lesiones malignas en el trato genital asociadas al
virus. La vacuna protege contra las infecciones del virus, que causan el 70% de
los cánceres de cérvix y el 90% de las verrugas genitales.
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