Esta enfermedad sigue creciendo a pasos agigantados y seguirá mientras no tomemos consciencia de que lo que no hacemos hoy, repercute en el futuro; pero un futuro inmediato. Y no nos referimos a la alimentación, al estrés, al tabaco, al alcohol, a la falta de ejercicio físico ni a la actitud negativa, sino a la cultura de detección.
Mucho de esto es posible reducirlo haciendo nuestra parte; pero de manera real sin alarmarse. El problema debe trabajarse desde uno, en casa; con la autoexploración, técnica que hoy te recordamos:
1. Obsérvate:
Frente al espejo con los brazos a los costados observa tus mamas, conoce la textura, el color de la piel y la forma, nota que los pezones apunten hacia la misma dirección.
Coloca tus manos en la nuca y los codos ligeramente inclinados hacia el frente, identifica si hay hundimientos, inflamaciones, ulceraciones, enrojecimientos de la piel o secreciones del pezón.
Ahora coloca tus manos en la cintura y revisa las mismas indicaciones anteriores.