Cuando una mamá da a luz, necesita unos meses para que su cuerpo vuelva a ser el mismo de antes del embarazo. Se denomina puerperio y es el periodo que va desde la expulsión de la placenta hasta un tiempo que varia en cada mujer, pero que suele ser de unas seis semanas, cuando su cuerpo vuelve a su estado anterior.
- Puerperio inmediato, las primeras 24 horas.
- Puerperio precoz, que abarca la primera semana.
- Puerperio tardío, que finaliza cuando la mujer vuelve a menstruar.
Es muy importante en esta etapa la higiene, sobre todo mientras dure la expulsión de loquios, porque además en la zona genital puede haber heridas perineales ( episiotomía o desgarros). Lo mejor que podemos hacer para mantener esa zona limpia y evitar que se infecte:
- Lavar con agua templada y jabón neutro cada mañana y tras las deposiciones, siempre desde delante hacia detrás.
- No abusar de los lavados porque retrasan la cicatrización y eliminan la flora bacteriana habitual.
- Secar muy bien con toquecitos suaves.
- Utilizar compresas de algodón y cambiarlas a menudo, y aunque no nos parezcan cómodas facilitan que la herida se mantenga seca y cicatrice antes.
Generalmente, los puntos se absorben en 10 días.
Si durante estas semanas detectas los siguientes síntomas, deberás acudir a tu médico:
- Si percibes el flujo vaginal con mal olor.
- Si tienes fiebre ( más de 38ºC ).
- Si te sientes excesivamente triste ( más de lo normal ) y si tienes pensamientos y sensaciones que no te parecen normales hacia tu bebé o hacia tu nuevo rol.
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