El apoyo del futuro padre es
importante ya desde antes del parto. Es muy aconsejable que acompañe a la madre
embarazada en las visitas de preparación al parto y así obtener una información
anticipatoria sobre como recibir al nuevo miembro de la familia. El papel
principal del padre es acompañar y ayudar a la madre en estos momentos.
Aunque la crianza ha sido
tradicionalmente casi exclusiva competencia de las madres, actualmente es
aconsejable compartir todas las tareas entre hombre y mujer, y que el padre sea
un soporte fundamental en la lactancia. Si se cuenta con una madre, un bebé y
un padre-soporte se tiente lo que se conoce como triángulo de la lactancia, que
hará que las probabilidades de éxito de la lactancia aumenten
considerablemente.
¿Puede ocuparse el padre del
bebé?
Sí. Al principio el padre puede
sentirse desplazado por no poder dar de comer y ver que su hijo solo quiere
estar con su madre. El futuro papá, para no decepcionarse, tiene que conocer
que esto ocurrirá y es normal. No debe sentirse excluido con respecto a los
cuidados del bebé.
Debe conocer cuáles son sus
funciones como padre desde los primeros días. No es necesario compartir la
alimentación del bebé durante las primeras semanas para sentirse partícipe como
padre. Amamantar es la función de la madre, pero acunar, consolar, dar calor,
abrazar, hablar, bañar, pasear, jugar, cambiar el pañal… puede hacerlo el
padre.
¿Puede hacer de canguro?
El padre puede hacer el método
canguro o piel con piel con su hijo y esto es especialmente
beneficioso si se trata de un niño que ha nacido prematuro. También puede
hacerlo si la madre no está en condiciones de salud para ello, como es el caso
de cesáreas con anestesia general o complicaciones graves del postparto. No es
necesario tener depilado el pecho. Una posición del padre recostado en ángulo
de 45º facilita la respiración del bebé en el contacto piel con piel.
¿Cómo se consigue el vínculo
padre-hijo?
Un bebé por naturaleza crea un
apego intenso con una sola persona (no con dos), su cuidador principal, y con
la lactancia materna siempre es la madre. Cuanta mejor relación tenga con ella,
mejor relación tendrá con las figuras de apego secundarias: padre, hermanos,
abuelos, etc.
Inicialmente, la madre es
imprescindible para el bebé y la figura del padre es secundaria, aunque muy
necesaria para la mamá. Conforme los bebés crecen, se amplía el apego y la
necesidad que sienten hacia el padre. A través del juego, del contacto
diario y transmitiendo seguridad y afecto se desarrolla la relación
padre-hijo. La educación consiste en pasar de tener un apego imprescindible a
prescindible, y en este proceso el padre tendrá su papel clave junto a la
madre.
¿Cómo puede ayudar el padre a la
nueva mamá?
- Cariño, atención y comprensión: Tras un
parto, y más aún si ha sido por cesárea, la madre está agotada y es
imprescindible su apoyo incondicional en los primeros días. Se trata de un
periodo en el que el cansancio y las hormonas hacen que la madre necesite
más cariño y atención.
- Preservar el descanso y la intimidad de la madre:
La madre recibe innumerables mensajes de los familiares y las visitas para
conocer al nuevo bebé, en un momento en el que necesita descansar y
establecer el vínculo con su hijo. En esta etapa, filtrar las visitas
para preservar el descanso y la intimidad es indispensable.
- Entender la situación de recibir menor
atención por parte de la nueva mamá y del bebé.
¿Cómo afrontar la vuelta a casa?
El padre tiene que darse cuenta
de que la mamá estará con frecuencia ocupada amamantando al bebé, día y noche,
y que además necesita descanso. El papel de liberar a la madre de las tareas
domésticas, como limpiar la casa, lavar la ropa, etc. y hacerse cargo también
de otros hijos, si los hay, es ahora función del padre. Las primeras semanas
ella ya tendrá suficiente trabajo con amamantar al bebé con frecuencia y
mantener cubiertas sus propias necesidades básicas de higiene, alimentación y
descanso. Los otros hijos necesitan de la atención y del tiempo del padre. Es
muy beneficiosa la ampliación del tiempo de permiso de paternidad (en España en
vigor desde abril de 2019: 8 semanas; en 2020 serán 12 semanas y en 2021 serán
16 semanas).
Ser “padre soporte” y formar
un triángulo de la lactancia es algo que los padres no deberían dejar pasar.
Es trabajar en equipo y es una experiencia muy enriquecedora y placentera,
tanto a nivel individual, como a nivel familiar.
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