La necesidad de proteger la lactancia materna y los riesgos de no hacerlo
El Plan de Acción Europeo para la
protección, promoción y apoyo a la lactancia materna en Europa reconoce el
amamantamiento como una prioridad de Salud Pública y junto con la Organización
Mundial de la Salud (OMS) recomienda la alimentación al pecho de forma
exclusiva durante los primeros seis meses de vida y junto con otros alimentos
hasta los dos años de vida o más, según madre e hijo mutuamente deseen.
Los riesgos a los que se somete
el lactante que no es amamantado o que abandona la lactancia antes de lo
recomendado son múltiples. Entre ellos un mayor riesgo de mortalidad
postneonatal durante el primer año de vida, y un mayor riesgo de muerte súbita
del lactante. Además, el lactante no amamantado presenta más riesgo de sufrir
procesos infecciosos sobre todo gastrointestinales, respiratorios y urinarios,
y éstos de ser más graves, aumentando el riesgo de hospitalización hasta 10 veces,
según los estudios. Más a largo plazo, el haber sido alimentado con sucedáneos
de leche materna (leches de fórmula para bebés) aumenta el riesgo de padecer
dermatitis atópica, alergia y asma en niños con antecedentes familiares de
alergia, disminuye la eficacia de las vacunas, y aumenta el riesgo de padecer
enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes mellitus,
esclerosis múltiple y cáncer en la edad adulta. Las niñas no amamantadas tienen
más riesgo de presentar cáncer de mama en la edad adulta. Varios de los riesgos
de la no alimentación al pecho son dosis-dependientes como el riesgo de cáncer
de mama, obesidad, enfermedades respiratorias y algunos cánceres. Es decir,
cuanto más tiempo se mantiene la alimentación al pecho más disminuye el riesgo.
Los perjuicios de no amamantar
también afectan a la mujer que no amamanta, que presenta mayor riesgo de
hemorragia postparto, mayor riesgo de fractura espinal y de cadera
postmenopáusica, cáncer de ovario, cáncer de útero y artritis reumatoide. Así
como aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular, hipertensión, ansiedad y
depresión
La influencia de las condiciones laborales sobre la lactancia materna.
La reincorporación al trabajo
remunerado por la mujer que amamanta, la expone a ella y a su prole, a riesgos
físicos, químicos, biológicos, ya ampliamente expuestos y comentados en el
documento que la AEP realizó para el INSS19. Pero teniendo en cuenta lo
expuesto anteriormente, el Comité de Lactancia Materna de la AEP, afirma con
contundencia, basándonos en el conocimiento científico actual, que el mayor
riesgo al que se exponen una mujer lactante, su criatura, su familia y el resto
de la sociedad, es la pérdida o la menor duración de la lactancia. Los
estudios muestran que la duración de la lactancia en las mujeres trabajadoras
es menor. Esta menor duración de la lactancia está principalmente relacionada
con el número de horas de trabajo semanales, los trabajos a turnos o la
ausencia de la madre de casa, durante periodos mayores a 8 horas. Por el
contrario, el trabajo a tiempo parcial, menor número de horas continuadas
alejadas de su bebé y horarios flexibles se relacionan con una mayor duración
de la lactancia
La duración de la lactancia
materna en mujeres trabajadoras se relaciona más con las condiciones de su
puesto de trabajo en la empresa que con el tipo de trabajo que realicen,
especialmente en relación con los siguientes factores:
1. Número de horas de
separación entre madre y lactante: en general cuanto más largas son las
jornadas laborales más difícil es mantener la lactancia. Un estudio relaciona
el trabajo a jornada completa con una reducción de la lactancia materna en 8,6
semanas; así mismo el trabajo a tiempo parcial con jornadas de trabajo de 4 o
menos horas al día no disminuyó la duración de la misma y los trabajos a tiempo
parcial con jornadas de más de 4 horas redujeron ligeramente la duración de la
lactancia materna
2. Facilidades para que la
mujer pueda extraer y conservar su leche en las mejores condiciones. Si
además de la separación madre-hijo, la mujer no dispone de medios para
extracción de la leche habrá mayor riesgo de pérdida de la lactancia. Y,
además, las jornadas largas y la falta de facilidades para la extracción de
leche suponen un riesgo mayor de mastitis en la madre que amamanta
3. La fatiga es un factor
que se ha relacionado con la disminución de la producción de leche
considerándose de manera constante como el factor externo más perjudicial para
la producción de leche. El tipo de jornada y el turno de trabajo pueden
contribuir a dicha fatiga sobre todo las jornadas muy largas, jornada
continuada (guardias,etc…) y la nocturnidad. Algunas mujeres pueden verse
imposibilitadas para trabajar a turnos irregulares o nocturnos o para hacer
horas extraordinarias, si desean mantener la lactancia.
Conclusión y Recomendaciones
El Comité de Lactancia Materna
de la AEP, declara basándonos en todo lo anterior:
1. Una política de los Gobiernos
y de las empresas que apoye la continuación de la lactancia favorecería por un
lado la reincorporación al trabajo de la mujer de una manera satisfactoria y
por otro la continuación de la alimentación del lactante con leche materna con
todos los beneficios que ello conlleva.
2. El gasto de recursos para la
promoción de la lactancia es una buena inversión, para las mujeres, los lactantes,
las empresas, el sistema sanitario, y en conjunto para toda la sociedad.
3. Es responsabilidad de todos
conseguir que el mayor número posible de mujeres y sus hijos e hijas puedan
iniciar y mantener la lactancia materna durante el mayor tiempo posible
contribuyendo a un fomento de la salud en general, a una mayor rentabilidad y
un menor gasto sanitario.
4. Es responsabilidad de las
empresas y de las mutuas facilitar en lo posible las condiciones laborales de
las mujeres de la mujer que amamanta y adaptar horario y turnos que faciliten y
no entorpezcan el derecho de cada mujer y cada hijo a la lactancia materna al
menos durante los 2 primeros años de vida, teniendo en cuenta además los
importantes beneficios que las mujeres que crían hijos sanos ofrecen a nuestra
sociedad.