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lunes, 19 de septiembre de 2022

SOFOCOS EN LA MENOPAUSIA

 

Menopausia

La menopausia es el momento que marca el final de los ciclos menstruales. Se diagnostica después de que transcurren doce meses sin que tengas un período menstrual.

La menopausia es un proceso biológico natural. Sin embargo, los síntomas físicos, como los sofocos y los síntomas emocionales de la menopausia, pueden alterar el sueño, disminuir la energía o afectar la salud emocional. Hay muchos tratamientos eficaces disponibles: desde ajustes en el estilo de vida hasta terapia hormonal.

En los meses o años conducentes a la menopausia (perimenopausia), es posible que experimentes estos signos y síntomas:

        Períodos menstruales irregulares

        Sequedad vaginal

        Sofocos

        Escalofríos

        Sudores nocturnos

        Problemas de sueño

        Cambios en el estado de ánimo

        Aumento de peso y metabolismo lento

        Afinamiento del cabello y piel seca

        Pérdida de volumen en los senos

 

Sofocos



En España, seis de cada diez mujeres que padecen síntomas relacionados con la menopausia  afectan a su calidad de vida. El sofoco con una alta probabilidad es el síntoma principal de la menopausia. Se manifiesta como una súbita sensación de calor que se concentra en el cuello, la cara y el tórax acompañada de rubor, palpitaciones y sudoración agobiante que provoca un aumento del flujo sanguíneo produciendo un importante malestar y situaciones incómodas en la vida diaria.

Entre el 75% de las mujeres experimenta durante la perimenopausia y la menopausia esa sensación, y un 20% tendrá sofocos durante más de 5 años. Según estudios recientes, la duración de los sofocos en la mujer española alcanza los 7 años de media.
Generalmente los sofocos duran menos de 2 minutos, aunque la sudoración que los acompaña puede llegar a los 30 minutos. Hay mujeres que pueden tenerlos 2 o 3 veces en 24h  tanto de día como de noche, frente a unas pocas que llegan a los 20 diarios, con una grave afectación de la calidad de vida consecuentemente.
Los sofocos son fruto de la alteración del control de la temperatura corporal que, en parte, depende de los niveles de estrógenos. Son impredecibles pero los desencadenantes son principalmente el estrés emocional, las comidas copiosas, el tabaco, el consumo de alcohol y cambios bruscos de temperatura.

 

Cambios en el estilo de vida para aliviar los sofocos

Antes de pensar en tomar un medicamento, intente primero hacer cambios en su estilo de vida. Los médicos recomiendan que las mujeres hagan cambios como los siguientes durante al menos 3 meses antes de comenzar a tomar algún medicamento.

Si los calores súbitos la están manteniendo despierta por la noche, mantenga su dormitorio más frío y trate de beber pequeñas cantidades de agua fría antes de acostarse. Arregle su cama usando varias capas de sábanas y cobijas para que pueda ajustarlas como sea necesario. Algunas mujeres encuentran que un ventilador de cama es útil. Aquí presentamos algunos otros cambios en el estilo de vida que usted puede hacer:

        Vístase usando prendas en capas que pueda quitarse cuando empieza a sentir los calores súbitos. 

        Evite el alcohol, las comidas picantes y la cafeína. Estos pueden empeorar los síntomas menopáusicos.

        Si fuma, trate de dejar de hacerlo, no solamente por los síntomas menopáusicos, sino por su salud general.

        Trate de mantener un peso saludable. Las mujeres que tienen sobrepeso o son obesas pueden padecer de calores súbitos más frecuentes y severos.

        Trate de usar prácticas de mente-cuerpo como el yoga u otras técnicas para auto-calmarse.

Tratamientos para los sofocos

Terapia Hormonal sustitutiva THS

Durante la menopausia se produce un descenso de la hormonas femenina estrógenos y progesterona. Los síntomas que se producen son principalmente por la deficiencia de estrógenos, por lo que la terapia hormonal sustitutiva ha demostrado ser eficaz en:

        Sofocos

        Síntomas psíquicos

        Alteraciones en la piel y en las mucosas genitales

       Disminución de pérdida de masa ósea

El tratamiento de elección es la THS, tanto en forma de estradiol como de tibolona, con más de un 90% de éxito en el tratamiento. Son las únicas sustancias que han demostrado su eficacia con un nivel de evidencia científica máxima. Debe limitarse su utilización a las pacientes sin contraindicaciones, a la menor dosis posible y durante el menor tiempo posible. Se recomienda en mujeres menores de 60 años o dentro de los 10 años siguientes al inicio de la menopausia.

 

No se deben usar hormonas para los sofocos en caso de:

        Cáncer de mama o útero.

        Haber sufrido un derrame cerebral o un ataque cardíaco, o tiene un fuerte historial familiar de derrames cerebrales o enfermedades cardíacas

        Riesgo de tromboembolismo.

        Tiene enfermedad de higado

        Piensa que está embarazada o podría quedar embarazada.

        Ha tenido reacciones alérgicas a los medicamentos hormonales.

 

Alternativas no farmacológicas para los sofocos

En aquellos casos en que las pacientes decidan no seguir este tipo de tratamientos o bien presenten rechazo a los mismos, se pueden plantear otras alternativas como la fitoterapia (que consiste en la utilización de plantas medicinales con finalidad terapéutica para solucionar algún problema de salud). En estos casos, el nivel de eficacia y la evidencia científica no está demostrado de forma consistente.

En este momento se desconoce si las hierbas u otros productos "naturales" son útiles o seguros. Los beneficios y riesgos aún se están estudiando. Siempre hable con un profesional de la salud antes de tomar cualquier hierba o suplemento para tratar sus calores súbitos u otros síntomas menopáusicos.

Otras alternativas no farmacológicas pueden consistir en realizar técnicas de respiración y relajación que ayuden a controlar situaciones de estrés. A través de la liberación de serotonina se puede ayudar a disminuir la intensidad de los sofocos.

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