Recuperación del suelo pélvico (posparto)
En el puerperio ocurre la involución uterina y de los tejidos. Además, el
suelo pélvico está sensible, distendido y, muchas veces, dañado por prácticas
obstétricas nocivas e innecesarias. En este periodo las vísceras pélvicas están
suspendidas en el aire por ligamentos y son soportadas por la musculatura
pélvica.
Esos dos sistemas, de suspensión y de soporte, tienen que ser capaces de
contrarrestar cualquier presión intraabdominal que ocurra.
El simple hecho de estar de pie, de estar en contra de la gravedad, ya es
un esfuerzo.
El ligamento es una estructura elástica y si está distendido las vísceras
descenderán hacia la musculatura perineal. Aun estando sujetas o firmes las
vísceras tienen un margen de movimiento para poder amortiguar los impactos. Por
otro lado, la musculatura frena ese movimiento en la parte inferior. Si tenemos
una musculatura flácida las vísceras van a bajar y los ligamentos
progresivamente se van a distender cada vez más. El plano muscular protege al
plano ligamentario y viceversa. Un útero no gravídico pesa entre 70 y 90 grs.
El útero de una mujer que ha dado a luz pesa 1kg justamente en el momento en el
que los ligamentos viscerales están más distendidos. Así que el peso lo
“soporta” ese suelo pélvico puerperal distendido y fatigado.
La involución más importante de las vísceras y de los ligamentos ocurre en
las tres primeras semanas después del parto.
En ese periodo se recomienda evitar la gimnasia abdominal convencional,
estancias prolongadas de pie, cargar peso y esfuerzos que produzcan presión
abdominal ya que todo eso conlleva a un sobreesfuerzo del periné y de los
ligamentos, favoreciendo el descenso de los órganos y la incontinencia
urinaria.
Quizás el periné se encuentre edematizado e inflamado, una compresa
embebida en agua fría puede venir bien para disminuir la inflamación y aliviar
el dolor.
Por eso, se recomienda el reposo (no
absoluto), por lo menos, en esas tres primeras semanas. Al ponerse de pie
tenemos a un suelo pélvico distendido, fatigado por todo el proceso de parir,
que tiene que soportar un útero de 1kg y, además, la fuerza de la gravedad
ayudando a ese útero a que baje. Si aun se le agrega el esfuerzo de cargar las
bolsas de la compra o empujar el carro...no estamos favoreciendo la
recuperación. Del suelo pélvico.
Entiéndase reposo como "mi bebé
duerme, yo duermo". No me dedico a limpiar, ni a cocinar, ni a
recibir visitas ni servirles café. Si hay que cocinar que sean cosas sencillas
y rápidas.
Entiendo que gozando de plena salud y con un bebé precioso en brazos sea
muy difícil estar tumbada tanto tiempo pero anatómicamente somos diferentes,
hormonalmente somos diferentes y tenemos que cuidarnos de forma diferente.
Podemos, y debemos, realizar ejercicios circulatorios mientras estemos en
reposo como, por ejemplo, movimientos circulares de los tobillos, flexión y
extensión de los tobillos simulando que caminamos.
Los ejercicios de Kegel, basados en la contracción de la musculatura del
suelo pélvico, que por lo general se aprenden en la preparación al parto,
pueden empezar a hacerse a las 24/48horas de dar a luz. Es muy importante saber
que sólo con los ejercicios de Kegel no se recupera el suelo pélvico y hay que
dedicarle tiempo.
Otra herramienta muy válida que tenemos hoy día para trabajar, pasada la
cuarentena, son los abdominales hipopresivos que trabajan la cinta abdominal
sin presionar al suelo pélvico y ayudan a tonificar la musculatura perineal. Es
muy importante realizar los ejercicios de Kegel y los abdominales hipopresivos
con la supervisión de un fisioterapeuta que te indicará la musculatura correcta
a contraer y cómo hacerlo. Estos ejercicios también son recomendados para las
mujeres que hayan pasado por una cesárea.
En un primer posparto es cuando la mujer tendrá la oportunidad de seguir
estas recomendaciones ya que no tendrá a otro hijo que atender. Por eso si en
el primer posparto tuviste la posibilidad de cuidarte y recuperarte al 100% es
más fácil recuperarte en el segundo.
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